Cuando decides cambiar ¿lo consigues?

 

Las personas altamente efectivas tienen estrategias poderosas como establecer los objetivos a alcanzar, generar hábitos que favorezcan el cambio y desarrollar métodos personales de auto-evaluación de su desempeño, entre otras. En este post os quiero ofrecer pistas para establecer objetivos, que los alcancéis y los podáis sostener en el tiempo.

 

Recientemente estoy motivado en emprender un cambio en el tipo de alimentación. Un cambio que me ayude a comer más saludable y nutritivo y que también me permita un nivel holgado de energía disponible tanto para brillar con mis clientes como para disfrutar de mi familia con la misma intensidad.

 

En este proceso me estoy dando cuenta de todos aquellos aspectos que favorecen o entorpecen el éxito en alcanzar mi objetivo. Por eso he pensado ponerlos encima de la mesa y compartirlos con vosotros. Conocer estos aspectos es muy útil tanto para objetivos personales como para el entorno organizacional.

 

¿Qué quiero?

 

Muchas veces cuando queremos introducir un cambio no tenemos muy claro qué queremos. Estamos más atentos a lo que “no queremos” que a lo que realmente nos importa conseguir.

 

Los objetivos o metas son la fuente de motivación y pueden estimular una auto-organización interna poderosa que moviliza tanto nuestros recursos conscientes como inconscientes . Si no sabemos a dónde queremos llegar, la motivación no aparece y el estímulo inicial se desvanece rápidamente.

 

 ¿Cuál es el camino para favorecer el éxito de mi cambio?

 

Hay 4 paradas para la reflexión y 3 indicaciones secretas en la ruta del cambio. Son las siguientes:

 

Parada 1 – Punto de Salida

¿Cuál es el estado actual poco óptimo que no me permite ofrecer mi mejor versión?. La toma de conciencia vale la pena que sea en los diferentes canales que nos ofrece nuestra neurología:

  1. ¿Cuál es la situación problemática? (describirla específicamente)
  2. ¿Qué veo y que oigo en esta situación?
  3. ¿Qué impacto tiene en mi cuerpo esta situación? (me contrae el estómago, tengo dolor de cabeza, peso excesivo en los hombros )
  4. ¿Qué impacto tiene en mis emociones? (aburrimiento, desgaste, desmotivación, miedo, tristeza, etc.).

 

Ejemplo:

“Estoy desbordado de trabajo y no alcanzo a gestionar todos los retos que aparecen en el día a día. Sin embargo la gente de mi equipo se marcha a su hora y les veo la mar de relajados. Eso me genera una tensión en los hombros y unos cabreos que me llevo a casa cada noche.”

 

Parada 2 – Definir la dirección de destino

Sin olvidar el conocido método SMART para establecer objetivos en la organización me importa recordar 4 reglas básicas adicionales para formular de manera óptima un objetivo:

 

  • Definido en positivo. Teniendo en cuenta a dónde quiero llegar, no de dónde quiero salir.

Si defino mi objetivo como “Quiero dejar de estar tan agobiado de trabajo”, hábilmente me mantiene focalizado en el problema. Sin embargo si lo definimos en positivo ampliamos mucho la perspectiva: “Quiero distribuir mejor las cargas de trabajo dentro de mi equipo y poder salir a horas saludables para mi y mi familia”.

  • Definido y evaluado de acuerdo a evidencias basadas en lo sensorial.

¿Cuál será la evidencia que has alcanzado (o estás alcanzando) el resultado?

“Salir a horas saludables para mi y mi familia” es muy genérico y no me permite evaluar si estoy alcanzándolo. “Salir como máximo a las 19:00 y poder pasar 2 horas de calidad con mis hijos y mi mujer” me permite validar cuan consistente estoy siendo y si lo estoy consiguiendo. (consciente que “de calidad” es también poco específico ;-).

  • Iniciado y mantenido por la persona o grupo que desea el objetivo.

Yo solo puedo realizar acciones y obtener resultados exitosos sobre las cosas que tengo control (rol de protagonista). Si formulo el objetivo poniendo el control en manos de otra persona o situación mi capacidad para actuar y moverme del estado actual al deseado será mínima o nula y eso me llevará a un estado de impotencia (y fácilmente a un rol de víctima).

 

Ejemplo:

Si mi definición es: “quiero que mi gente trabaje más y se haga tan responsable como yo”, mi objetivo está totalmente en sus manos y no en las mías.

Si, en cambio, digo: “voy a crear el contexto y las conversaciones para que mi gente empiece a tomar algunas de las tareas que yo realizo” está totalmente en mis manos.

  • Que sea ecológico con los sistemas en los que me muevo.

Vale la pena tener en cuenta el impacto que tiene mi objetivo en los diferentes sistemas a los que pertenezco.

 

Ejemplo:

Si yo formo parte del equipo que toma las decisiones en la organización y es costumbre tener las reuniones por la tarde de 17:00 a 20:00, mi objetivo de salir “como máximo a las 19:00″ entra en colisión con la organización y entonces puede ser más difícil que yo lo sostenga.

 

Parada 3. Prever las interferencias u obstáculos

No todas las rutas de un cambio incluyen autopistas totalmente rectas y bien mantenidas. Es vital, cuando estoy planificando mi ruta para el cambio, tener en cuenta los baches y los peajes que pueden aparecer en mi recorrido hacia mi estado deseado.

 

¿Qué elementos pueden constituir un obstáculo o pueden generar interferencias para que consiga mi objetivo con las premisas que me he planteado?

¿Qué me impediría o se interpondría en mi camino para conseguir mi objetivo?

 

Parada 4. Listar los recursos y reconocer a los aliados.

A menudo nos lanzamos a “intentar” un cambio sin haber evaluado básicamente con qué contamos para acometer el objetivo y nos podemos quedar tirados en la cuneta sin gasolina para continuar.

 

¿Qué recursos tengo disponibles y puedo movilizar para alcanzar el objetivo?

¿Cuáles tengo para gestionar esos problemas o interferencias potenciales?

¿Qué recursos adicionales me hacen falta?

 

Aunque un proceso de cambio es algo muy personal, no es algo que podamos hacer exclusivamente nosotros y solos. Necesitamos estar abiertos y con intención de recibir soporte. Por eso es clave descubrir:

 

¿Quiénes pueden ser aliados potentes (ángeles guardianes) para sostenerme en este camino de transformación?

 

Los aliados pueden ser personas que me faciliten recursos, otras que contribuyan con su trabajo y también pueden ser personas de apoyo (amigos, familiares, mentores, coach) que estén a mi lado ofreciendo apadrinamiento (sponsorship) durante el proceso.

 

Hasta aquí todo más o menos conocido y predecible pero, para asegurar el éxito en alcanzar el objetivo, existen tres indicaciones secretas a tener en cuenta que pueden jugar un papel clave en mi motivación y organización interna. Son elementos que sistémicamente pueden provocar dinámicas internas que me impidan si quiera dar el primer paso.

 

Indicación Secreta 1. Efectos de conseguir el objetivo
(La tarea de después)

Después de conseguir mi objetivo se desencadenan nuevas situaciones y nuevos retos que afrontar. Mirar qué pasará cuando consiga mi objetivo me permite descubrir cuáles son los beneficios del estado deseado y cuáles pueden ser efectos indeseados que me estén acechando.

 

Depende del tamaño de estos “efectos indeseados”, lo que sistémicamente se llama “La tarea de después de alcanzar el objetivo”, puede que yo no me sienta con motivación suficiente para llevar a cabo el cambio. A veces la tarea que viene después del objetivo es algo que puede interponerse.

 

Ejemplo:

Si yo decido delegar puede que empiece a darme cuenta que hay personas de mi equipo con las que tengo “muy buen rollo” que no están suficientemente capacitadas para abordar las responsabilidades que les corresponden. Que no contribuyen como sería deseable. Entonces puede que tenga que tomar decisiones drásticas (reordenar funciones, mover personas, despedirlas, etc.) . Y como puede que no me guste tomar decisiones difíciles, que no me guste pasar por el “ogro”, me quedo en el “ya lo hago yo”.

 

Indicación Secreta 2. Ganancia Secreta

A veces hay un beneficio secundario o un amor escondido (puede que inconsciente) que me impide invertir la energía suficiente para alcanzar el objetivo. Si esta ganancia secreta es mayor que el beneficio de conseguir el objetivo, seguramente, me quedaré “mejor” donde estoy.

 

¿Qué consecuencias positivas o ganancias asociadas, de cualquier tipo, consigues si te quedas en tu estado original sin alcanzar el objetivo?

 

Ejemplo:

Yo puedo ser visto como una persona muy responsable y con gran capacidad de trabajo y como el que está en todas las reuniones contribuyendo. Eso puede darme mucha presencia y reconocimiento desde mis superiores. Si empiezo a delegar puede que sean las personas de mi equipo las que vayan a esas reuniones y reciban ese reconocimiento por su labor. Y puede que a mi no me guste perder ese reconocimiento y esa sensación de poder.

 

Si has llegado hasta aquí, puede que ya hayas definido y planificado toda la ruta para tu cambio. Solo te queda un último paso.

 

Indicación Secreta 3. El primer paso (movimiento)

Si soy muy metódico y reflexivo puede que sea capaz de diseñar una ruta maravillosa. También puede ser que me quede quieto contemplándola y que no pase nada. La pregunta final para alcanzar el cambio que me propongo sería:

 

¿Cuál es el primer paso sencillo con el que puedo empezar el movimiento?.

 

Este primer movimiento traerá satisfacción y una primera dosis de re-motivación que se enriquecerá con el segundo paso sencillo. El truco consiste en hacer mini pasos que vayan cargando mi mochila de evaluación para sentir que avanzo.

 

 

¿Qué estrategias usas tu para alcanzar tus objetivos?

Comparte tus mejores estrategias para el cambio con nosotros en los comentarios.

Muchas gracias por tu tiempo.