Viendo las películas de superhéroes de la factoría Marvel me hizo pensar en los supuestos superhéroes de las organizaciones: los directivos, aquellos responsables de la toma de decisiones que permitirán que las cosechas de resultados sean abundantes y las aventuras para ofrecer valor al mercado sean exitosas.

Hoy hablaré de Thor y su martillo Mjölnir.

Thor, para hacerlo simple, es el todopoderoso dios nórdico del trueno y de la guerra por excelencia, protector de la humanidad y de sus cosechas. También es un superhéroe de la factoría Marvel. Por otro lado, Mjölnir (rayo) es el martillo de Thor, es indestructible y su herramienta preferida, que también le permite volar y controlar la meteorología.

Lo especial de Mjölnir es que tiene además unas condiciones muy restrictivas para su uso, inscritas en uno de sus lados: “Todo aquel que sostenga este martillo, si es digno, poseerá el poder de Thor”. Esto hace que casi nadie más que Thor lo pueda blandir, ni siquiera levantarlo del suelo. Solo aquel que sea digno.

Esta herramienta le permite mantener la paz en la tierra y defenderse de todo aquel que no tenga unas intenciones honorables.

Los directivos y managers de una organización tienen una gran responsabilidad y a su vez disponen de su propio Mjölnir, la mejor herramienta con que puede contar un superhéroe.

¿Qué es el Mjolnir dentro de la organización?

El talento de cada una de las personas que la forman, y que contiene:

  • La conexión con su propósito profesional.
  • El despliegue dinámico y efectivo de sus mejores habilidades.
  • Su compromiso: Esa energía con la que honro el propósito de mi empresa aportando, sumando mi visión a la de la empresa, poniendo mis competencias al servicio y retando mis dudas y desafíos con una mirada proactiva.

¿Desde dónde es imposible levantar el martillo?

  • No podré levantarlo solo desde un mapa mental de escasez: “Mi gente son un activo/un recurso y deben producir lo máximo siempre”: Muchas veces espero que mi equipo, dado que ya cobra un sueldo, tiene que estar siempre dispuesto y aportando al máximo.
  • No solo desde la posición de poder que me ofrece el organigrama.
  • No desde la posición de las gónadas: Intento de herramienta muy usada por el directivo “clásico”.

Porque cuando intentas movilizar a tu equipo desde cualquiera de estas posiciones solo consigues que usen sus habilidades a medio gas, y muy escasamente su compromiso.

¿Desde dónde podré generar rayos y truenos (resultados sobresalientes) con la energía de mi gente?

Si quiero blandir el Mjolnir y liderar el máximo potencial de la identidad, los valores y las competencias de cada uno de mis colaboradores no podré hacerlo desde un lugar en el exterior sino desde un nuevo lugar en mi interior.

Desde una definición interior de humildad, de curiosidad por la maestría de cada uno, desde mi humanidad:

  1. Buscando empatizar/comprender el propósito de cada colaborador.
  2. Maravillándome con sus talentos y habilidades, y gestionando las tareas y responsabilidades acordes a ellos. (No pondré a un coche de carreras a subir por una pista de montaña porque no le sacaré el mayor rendimiento y con el tiempo se estropeará).
  3. Desafiando las limitaciones que ellos pueden tener (o creen tener) y poniéndome a su disposición para aportar recursos para trascenderlas.

Sí, lo siento, este es el trabajo para el que firmaste cuando decidiste aceptar el cargo de Directivo o de manager. Si no te gusta o no alcanzas a ubicar tu “desde dónde” no serás digno de contar con la mejor contribución de tu gente.

Esta no es una modalidad que se aprende dentro de los niveles de cambio (que veremos en un futuro post) necesitas conectar con el nivel de identidad (¿quién soy yo como manager?) y con el de la visión (¿para quien más allá de mi estoy siendo directivo?).

Thor también yerra, se equivoca y pierde algunas batallas, pero lo que hace que siga pudiendo levantar y aprovechar su martillo es que tiene unos valores y una visión que van más allá de los obstáculos de la batalla concreta.

Además de focalizarse en sus propios objetivos es capaz de reconocer los errores, arrodillarse y aprender (pedir perdón), abrazar su vulnerabilidad y pedir ayuda: eso le hace digno e indestructible porque siempre aparece alguien para apoyarle.

Entonces, cuando llegas a tu trabajo cada mañana para movilizar a tu organización:

¿Cuál es el primer paso que das para ser digno de liderar tu equipo?

¿Cuáles son las condiciones con las que consigues levantar el Mjölnir de tu organización?

Por cierto, estos superpoderes no son sólo válidos para directivos y managers, sino para cualquier persona que para desempeñar su trabajo necesite colaborar y coordinarse con otros (colaboradores, clientes, proveedores, etc.) … o sea.. son válidos para todos.

Por último, muchas veces este superhéroe interno no acaba de aparecer porque está ocupado peleándose con otro coloso que os presentaré en el próximo post.

Muchas gracias por tu tiempo.